domingo, 11 de junio de 2017

Torres de tristeza

A propósito de "El Adefesio" de Rafael Alberti.

En esta ocasión, Alberti hizo más profunda la tristeza de mi tarde de domingo con esta obra de teatro estrenada en 1944, durante el exilio del poeta y revolucionario español en la Argentina.
Tres viejas protagonistas, en un principio, me recordaron una obra ("Las tres viejas") de Jodorowsky, por el clima que generaba su decrepitud, ponzoña y desesperanza. Sin embargo, es un personaje fresco quien entra en este caso a generar -con su afán de amar- el conflicto. Se definen dos polos: la muerte y la vida. El objeto del deseo sólo aparece un segundo, al final, para tocar -ya no sólo con los ojos- brevemente y por única vez a su amada, cadáver.
Terminan muertos o locos los deseantes, los vibrantes, y queda el resto vegetando entre fantasmas.
Hermosa obra, obra ritual. "¡Que no encuentre la soledad por dónde irse de estos muros!"
Y tú, ¿cuidas tus recientes, tiernos brotes? ¿también los pisas amargamente o -peor- por descuido?